•Vivir el Carisma Asuncionista dejarse “atravesar” por el Reino de Dios, hacerlo con audacia, iniciativa y desinterés, compartiendo las alegrías y las esperanzas, las penas y las angustias de todas las personas, para lograr la edificación de un mundo más justo y más fraterno.
• Establecer relaciones marcadas por la sencillez, la cordialidad y la franqueza.
• Rechazar la mediocridad y mantener una exigencia constante de calidad, en el respeto de las personas y el reconocimiento de las posibilidades de cada uno.